‘Captain fantastic’, alternativas de vida

Emocionante, divertida, dura, pero sobretodo, una invitación a la reflexión que no te deja indiferente. Han pasado semanas desde que la vi y aun sigue un run-run en mi mente.

Vivir fuera de la sociedad, a una sociedad a la cual detestas, y celebrando el Dia de Noam Chomsky como se celebra la Navidad. Vivir apartado de las normas sociales, la cultura del consumo, la tecnologia, en absoluto contacto con la naturaleza, una naturaleza preñada del noroeste de los Estados Unidos, sin filtros, a veces sin tregua. Pero no como Into de wild, en donde el aislamiento era solitario, a lo Thoreau, sino como opción de vida en comunidad, en formato familiar.

Pero, te preguntas ¿y después qué? Puede, pues, un niño criado en la naturaleza, educado libremente, cazando su propio alimento y pasando las noches leyendo, insertarse en la sociedad? El choque es inevitable. Y aunque este mundo aislado parezca extremo, duro y crudo (no sólo vivir aislado en la naturaleza, sino tener una educación sobre la muerte, el sexo, sin ningún tipo de tabú), ¿quién resulta más adormecido y gilipollas? ¿El que se pasa el día con un videojuego o el que se sabe, y entiende, nada de ser loros, un texto legal que implica a la ciudadanía?

Aquí lo dejo, abierto a consideraciones. Que cada uno vea su propia película y saque sus condiciones.

Captain Fantastic (Matt Ross, 2016)

Acerca de Lux Lisbon

Desde pequeña fui una hormiguita del coleccionar Fotogramas y películas. Recortar y clasificar por actores, actrices, directores...y grabar películas. Llegué a superar las 600 cintas de VHS con lo que, grabando dos películas por cinta sin cortes publicitarios, debí contar con un patrimonio de unos 1200 films, que ahora van llenándose de polvo en un rincón. Pero que cifra más alta me pareció esa! Y cuánto cine miré y remiré. Luego, con la edad, por fin salí de mi cascarón de cintas, archivadores y maratones cinéfilas a través de las que soñaba y viajaba a otras partes del mundo. Pero por fin, llegaba el momento de ver mundo, el mundo de verdad. Qué gozo y placer fue ver de primera mano aquello que me parecía tan conocido, tan familiar. Y te das cuenta que cuando creces, la vida da vueltas y tu en ella empiezas a vivir lo que antes sólo habías soñado, imaginado y vivido en la gran pantalla o en una pequeña tele de tubo. Empiezas a cruzar charcos, probar continentes, conocer los días y las noches de las grandes capitales, de las míticas rutas, de la Historia del mundo. Y sigues viendo cine, y sigues soñando con él. Y sigues viajando. Y siempre quieres más y más y más....Pero, por suerte, esto sólo acaba de empezar. Esto es sólo el principio de mi viaje......
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