Sobre mí

Desde pequeña fui una hormiguita del coleccionar revistas sobre cine y películas. Recortar y clasificar por actores, actrices, directores…y grabar películas. Llegué a superar las 600 cintas de VHS que multiplicado por las dos películas que solian caber en cada cinta, pues tenía la paciencia de grabarlas sin cortes publicitarios, debí contar con un patrimonio de 1200…que cifra más alta me pareció esa! Eran en blanco y negro, en color, coloreadas, y había de todas las épocas y aunque mayoritáriamente norteamericanas, también había europeas, y cada vez más asiáticas. Pasé de tener toda la filmografía de Alfred Hitchcock a tener debilidad por el cine francés de los 90 (como me impresionaron Los juncos salvajes de André Téchiné), pasando por el cine progre de los 70 y 80, especialmente las del brat pack, que me hacian soñar con que así de emocionante sería mi adolescencia justo cuando esta acababa de despertar…

Pero luego con la edad, dejando atrás los quince,  salí de mi cascarón de cintas, archivadores y maratones cinéfilas en las que soñar era casi obligatorio para ver mundo. No es que no hubiera viajado antes. Por suerte, mis padres ya me habían sacado a menudo de este autismo cinéfilo recorriendo Europa en coche. Recuerdo ir a Alemania pocos meses después de caer el muro y cruzar Europa del este, subir hasta Holanda, aterrizar en Tunez e incluso alucinar con Nueva York (puedo decir que yo sí subí a las torres gemelas), y sentirme en una road-movie, y dentro de Doctor en Alaska, recorriendo todo Canadá. Pues si, ahora que lo pienso había viajado antes, pero era ahora cuando venía el mundo de verdad, cuando me tocaba descubrir per mi sola el planeta. Y que gozo, y que placer, fue ver de primera mano aquello que parecía tan conocido, tan familiar, pero que como mucho había podido ver agrandado por la pantalla del cine o en la chiquita tele de tubo. Y además ahora ya no era el espectador pasivo, sinó me había convertido en la protagonista de mi propia película.

Cuando creces la vida da vueltas y tú en ella empiezas a vivir lo que antes habías soñado. Empiezas a cruzar charcos, probar continentes, conocer los días y las noches de las grandes capitales. Y sigues viendo cine, y sigues soñando con él. Y sigues viajando para alcanzar estos sueños. Y siempre quieres más….por suerte, esto sólo acaba de empezar. Esto es sólo el principio……