Esta primavera, JUNTS, Asociación Catalana de Judíos y Palestinos, y Médicos del Mundo, han organizado en Barcelona diferentes sesiones, con foros y debates, pases de filmes y la exposición fotográfica “STOP, sobreviviendo a los territorios palestinos ocupados” (video), del italiano Giovannin Marrozini, sobre los problemas de salud mental de unos ciudadanos sometidos a una situación permanente de violencia.
No quiero adentrarme en terreno demasiado pantanoso, sólo voy a dejar mis conclusiones personales sobre lo escuchado, vivido, integrado, despertado una vez más en mí. Aunque tengo que reconocer que el tema es muy complicado y difícil de desentramar, y me siento tan pequeñita para dejar sentencias…… Pero algo si quiero decir, antes de dejaros con algunos de los films que me han ayudado a comprender un poco, también a indignarme, e incluso a tener algo de esperanza, sobre la desesperanza que hay en las ideas que he ido escuchando estos días.
Hay algo, un sentimiento, que hizo mella en mi: en este conflicto no hay buenos y malos, no es una película del oeste, y no podemos ser maniqueístas, por lo menos en el ambito civil. Pero estamos hablando de una guerra real, una guerra política y psicológica, una guerra por la tierra (no religiosa o étnica), con víctimas de ambos lados, por supuesto, pero no entre iguales, no como dos niños que se pelean en el patio del colegio (recogiendo el símil que hizo Laurent Cohen, presidente de JUNTS). Y el futuro de este conflicto, ya crónico, es desalentador. No hay voluntad de solución final. Y tiene mal pronóstico: todo vaticina que no hay ningún tipo de arreglo.
Por otro lado, películas y documentales, para mi desconocidos, que se enfrentan a esta realidad desde la madurez, me han servido para dar algunos pasitos más a un conflicto con el cual podría decir que he crecido, hemos crecido todos, por ser casi el abuelo de todos los que existen en este mundo.
Ajami (Scandar Copti, Yaron Shani, 2009); Israel vs Israel (Terje Carlsson, 2010); Sheik Jarrah (Sergio Yahni, 2006) D’una seule voix (Christian Carion, 2008) y Amerrika (Cherien Dabis, 2009).